REPORTAJE


Reportaje:

PARA ENTENDER EL ARTE DE SHAY FRISCH
Entre lo subjetivo y objetivo


Cristofer Robinson Melgarejo (II Ciclo)

Cuando hablamos de arte, se nos viene mucho a la cabeza. Ya que la forma de encontrar verdaderamente una pieza de arte hoy en día, no es más objetiva que subjetiva. Todo esto va remontado desde mucho tiempo atrás, pero entablamos una verdad absoluta cuando hablamos de esta; y es que el arte se entiende como forma que hace trascender tanto un pensamiento como identidad, ya que ambos forman parte de una idea.
Dando por entendido todo esto, el artista que elegí para mi artículo es, Shay Frisch. Un artista capaz de entrar al espectador con simples conductores de luz, llevando a relucir objetos que no tienen vida para cobrar simpatía ante los ojos de un público que anhela algo distinto.
Nacido en Israel, cursó su carrera universitaria en Jerusalén y obtuvo una especialización en la Universidad de Arquitectura y Diseño en Milán.
Sus obras resaltan por el empleo de conductores de electricidad que a simple vista no tienen gracia alguna. Pero al estar en manos de este artista reflejan un ilimitado margen de vida dentro de sus piezas.
Esta obra llamada ¨Los Laberintos de Luz y Emociones¨ fue hecha por Shay Frisch. Actualmente reside en el Museo de Arte Contemporánea (MAC)  y su estadía solo es hasta el 5 de julio.
Es una de las seis obras de su formato de exposición que tuvo para la gira en Latinoamérica.
El contenido de sus obras se puede apreciar de manera visual, ya que está compuesto de conectores y hecha a base de relaciones geométricas. Pero cabe resaltar que el autor nos muestra la sencillez, pero también la complejidad de un simple aparato que puede hacer saltar sensaciones en un uso totalmente distinto.
Los Laberintos de Luz y Emociones, están formados por más de cuarenta y siete mil adaptadores industriales, puestos en cada parte del salón de acuerdo al mandato del autor. También se pueden apreciar los enchufes de todos estos llevados por el piso, entrelazados unos con otros, para solo conectarse a un solo enchufe.
Para el autor sus obras contienen un significado distinto al de algunos autores que practican su arte con objetos de electricidad de una manera parecida. Él nos dice, que sus obras no van más por la vista y la luz, sino por la comprensión de un flujo que se mantiene dentro de su arte, algo que no se puede ver, pero si sentir y comprender.
Para finalizar, el motivo del porqué escogí esta obra y el autor. Fue por qué entendí que el autor nos daba algo más que solo captar como funciona un aparato de energía.
Esto, a mi parecer, más partía por un hecho que resaltaba en cómo funcionan las cosas y cómo las percibimos. En como es, y como se ve. En su mayoría parte por como netamente está compuesto cada ser y cada cosa de este mundo. Acá pude captar esa complejidad de pensamiento.



Curso: Apreciación del arte contemporáneo

Profesor: Juan Francisco Herreros


Reportaje:

El sabor sobre ruedas
CUANDO LA BUENA COMIDA ESTÁ EN LA CALLE


Por: Bruno Mannucci (IX ciclo)

Un nuevo boom en la gastronomía peruana ha surgido, una nueva manera de llegar al comensal, entregando la misma calidad que un restaurante gourmet, pero servido de manera express, son los conocidos food trucks, camiones que te traen suculentos potajes, variados y siempre frescos. Esta nueva modalidad se ve desde hace años en Estados Unidos, el peruano con su inmensa creatividad ha transformado una ‘custer’ en un mini “huarique” digno del paladar nacional.
Nuestra gastronomía ha sido premiada alrededor del mundo por su sazón, su variedad y el cariño que le ponemos al prepararla. Los grandes héroes de esta historia son nuestros cocineros, abnegados embajadores de nuestra cultura.
Esta creatividad ha alcanzado un nuevo concepto, algunos cocineros con afán de progresar en su profesión y tener su propio negocio, se les ocurrió la genial idea de hacer su propio restaurante de una manera que no se vio antes en el país, decidieron poner un negocio sobre ruedas. Así nace la historia del food truck peruano.
El cocinero Franco Sánchez, Chef y dueño del restaurante “Vegetarian by Franco”, nos cuenta un poco más del surgimiento de esta modalidad en el país, ya que él ha trabajado en uno y ahora es dueño de un food truck.
Nos juntamos con él en la cevichería Delfino Mar en Miraflores. Nos cuenta que “no solo la inversión sino que los permisos municipales son la primera traba para el negocio, cuando comenzó esta moda, no existía un correcto registro en la clase de negocio, muchas solicitudes eran rechazadas, haciendo que varios emprendedores tengan que trabajar como ilegales, costándoles a veces el cierre y el decomiso del camión”.
También nos contó que el paso de un restaurante a un camión es difícil, el espacio a veces no es el necesario y solo queda acostumbrarte ya que es lo único que hay. Además de lo que invirtió en el auto. Él tenía que desembolsar unos 200 soles de su bolsillo a diario, durante los primeros meses no vio muy bien la situación con el negocio, pero el sacrificio valió la pena, aún cuenta con su food truck de comida saludable, pero como dueño, ahora está de lleno en su proyecto personal.
La tendencia de los camioncitos con comida gourmet arrancó en Nueva York. Y, poco después, el boom dio la vuelta al mundo hasta aterrizar en Perú. Aquí los cocineros “criollizaron” los food trucks con comida local: incluyeron cebiches, empanadas, anticuchos y otras exquisiteces locales. Hoy, incluso, existe una asociación que engloba a varios camioncitos y promociona los festivales o eventos que los congregan.
Armar un food truck no es barato. Puede costar entre US$15,000 y US$20,000, incluyendo el vehículo, la decoración y el acondicionamiento de una cocina. Todo demora unos tres meses en promedio.
No obstante, de acuerdo a las actividades del camioncito, los dueños pueden recuperar el dinero en un corto plazo. En un buen día, por ejemplo, se puede ganar entre S/3,000 y S/10,000, de acuerdo al precio de los platos vendidos, el festival en el que participan y la cantidad de comensales. Sin duda, Mistura es la mayor ventana para estos negocios. La tendencia culinaria sobre ruedas va en alza.



Curso: Periodismo interpretativo y de opinión
Profesor: Italo Oberto-Besso P. 



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MEMORIAS DE UN PUEBLO NO ESCUCHADO

MUESTRA SOBRE LOS HORRORES QUE VIVIÓ EL PUEBLO AMAZÓNICO, EL SIGLO PASADO, SE PRESENTA EN EL LUM

POR: ÁLVARO SÁNCHEZ ZAMUDIO (V CICLO)
Como muchas historias en Perú que han sido trascendentales, aterradoras, y, a la vez, ignoradas; hace cien años, el “boom del caucho” marcó para siempre a nuestros hermanos de la Amazonía. Ello se plasma en la muestra “Memorias del caucho”, presentada en el Lugar de la Memoria (LUM)
Los pueblos colindantes al río Putumayo fueron los más revueltos. Ahí se generaron los mayores impactos económicos, sociales, demográficos y humanitarios, ya que en ese lugar se extrajo una mayor cantidad del producto que causó la muerte y tortura de muchos de los indígenas. Más de 30 000 indígenas esclavizados y tratados de forma inhumana.
Esta exposición transmite la fortaleza y resistencia que tuvieron los amazónicos año tras año. Vitalidad y aguante que le faltó una pizca de rebeldía. El maltrato fue devastador, y solo un indígena tomó la iniciativa de rebelarse sin tener el apoyo de todos los integrantes de las tribus.
En el primer escenario de esta muestra temporal destaca el programa de inmigración europea por parte de Ramón Castilla para conquistar, desarrollar y civilizar a las tribus amazónicas. Luego, en el siguiente escenario, se resalta la apropiación y sometimiento de los pueblos indígenas por parte del empresario cauchero Julio César Arana.

Este desalmado hombre fue muy audaz. Primero, fue un “habilitador”; es decir, efectuaba trueques con los indígenas. Les entregaba ropa, machetes y otros productos en cambio de una determinada cantidad subvalorada de caucho. Luego, claramente, los aborígenes quedaban endeudados con Arana y su familia. Acababan relegados por deudas imposibles de pagar. Justo en ese momento es en que Arana se convirtió en un extractor de caucho utilizando violentamente a los indígenas como esclavos. Fue muy perverso y hábil para ocasionar a propósito la deuda de los pueblos amazónicos.
En el tercer escenario se distingue el pago de cupos a los que fueron obligados los indígenas. Tenían que entregar una elevada cantidad de caucho. Los que no efectuaban el pagamento de cuotas eran castigados brutalmente con torturas y con la muerte. ¿El Gobierno de turno? ¿El Estado? No hay peor ciego que el que no quiere ver. El estado no escuchaba las denuncias contra el despiadado Julio C. Arana. La razón fue que el cauchero tenía comprada a la Corte de Justicia de Iquitos y al gobierno de turno, pues se convirtió en el hombre más rico del Perú por su negocio. La audacia de Arana fue tal que también compró a la región con sus discursos patrióticos tras los problemas territoriales con Colombia.
En el siguiente escenario sobresale la cordial y caritativa acción que tuvieron el ingeniero estadounidense Walter Hardenburg y el cónsul Roger Casement. El primero transitó por todos los pueblos aledaños al Putumayo, y, tras ser testigo de todos los abusos, hizo sus respectivas denuncias en Inglaterra. Por consiguiente, el segundo fue enviado por el Parlamento británico para indagar sobre los casos. Después, tras la liquidación de la Casa de Arana por parte del Parlamento británico y el fin del “boom del caucho”, Augusto B. Leguía entregó a Colombia el territorio controlado por Arana.

Por último, en el escenario 5, se realza la visión futura que tendrá la actual generación sobre cómo ve la selva, sobre todo los lugares donde se llevó a cabo este sanguinario episodio, y la reparación de los mismos.
Esta manifestación consta de cinco escenas que tienen como objetivo sanar las heridas que dejó la época. Asimismo, coopera con la reafirmación y revaloración de la identidad nacional en relación a los abusos del pasado. Aflige e indigna pensar que al final de todo este largo atropello, nunca existió la justicia y, menos, la compensación. Esto te hace abrir los ojos y dar cuenta que la corrupción en el país es tan antigua como este suceso. La corrupción en Perú viene de más años atrás de lo que los jóvenes imaginan, pues, en ese entonces, el Estado y el Poder Judicial se hacían el de la vista gorda ante los abusos. Más indignación causa saber que Julio César Arana fallece en 1952, sin nunca haber sido castigado por sus sádicos abusos.
¿Qué legado político o humanitario nos deja este terrible episodio del “boom del caucho”? Mientras el actual presidente colombiano Juan Manuel Santos pidió perdón, en 2012, a los pueblos indígenas dañados por Arana en una conmovedora ceremonia; en Perú, en 2009, el otrora presidente Alan García mandó a las fuerzas policiales a combatir contra los indígenas que defendían su pueblo para que no la contaminen ni perjudiquen con la extracción de petróleo, gas y minerales. El abuso “cauchero” afectó a dos países; mientras en uno se fortalece la relación entre el gobierno y la población, en el otro hay más desunión y violencia. Qué otro ejemplo más claro que el “Baguazo”.

Sin embargo, el artista huitoto-bora Brus Rubio nos dice “Por más maltratos que había, así hemos resistido. No somos una sociedad perdida, somos una sociedad viviente.” Esta frase nos manifiesta que el indígena tuvo, tiene y tendrá fortaleza para resistir la extralimitación de grupos con más poder y la injusticia de las autoridades locales.
Tras esta jornada, los convoco a conocer la historia del caucho. Es triste enterarse de todos los abusos, pero importante saberlo para fortalecer nuestra identidad nacional. Los invito a no solo interiorizar los penosos sucesos que padecieron nuestros hermanos indígenas, también a trabajar para sanear y reparar a estos pueblos afectados por la injusticia.


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“Por la Sarita”
La que concede milagros... pero la Iglesia no quiere convertir en santa

 

A cuenta de la reciente canonización de la Madre Teresa de Calcuta, decidimos saber qué ocurre con aquellos “santos” peruanos que siguen esperando. Por eso, nos fuimos hasta el mausoleo de Sarita Colonia, en el Callao, para comprobar que su legión de devotos cada vez sigue aumentando. Lleva años postulando a la santidad, pero esta no llega. Igual tiene muchos fieles.

Por: Sonia Huanqui - Wuendy Marquina (VIII ciclo)

Son muchas las historias y mitos que rodean a esta milagrosa alma llamada Sarita Colonia Zambrano. ¿Quién es ella? A pesar del tiempo, hasta el día de hoy cientos de devotos siguen acudiendo a su santuario ubicado en el Cementerio Baquijano y Carrillo en el Callao, donde oran y piden por sus más allegados. Donde, también, esas peticiones se hacen realidad. O eso aseguran muchos.

Una imagen de religiosidad que no ha sido impuesta ni por el Estado, ni por la Iglesia, ni por las autoridades, sino que ha sido construida por el pueblo. Ella no es una santa, oficialmente hablando, ni ha sido canonizada, ni beatificada, sin embargo, es la gran “Santa del pueblo”. Nació bajo el despejado cielo huaracino y ahí permaneció hasta su adolescencia cuando decidió, como muchos provincianos de nuestro país, buscar trabajo y superación. Muchos cuentan que Sarita hacía milagros desde muy pequeña. Uno de ellos fue cuando predijo la muerte de un comisario. Se dice que Sarita es Santa de los delincuentes, prostitutas, entre otros. Quizá por ello, no todas las autoridades la ven bien.

A pesar que no se le conoce muchos milagros, oficiales, Sarita tiene un mausoleo dentro del Cementerio. Ahí se encuentran los restos de sus hermanos: Esther e Hipólito, también se aprecian placas  con agradecimientos por el milagro concedido. A medida que pasa el tiempo las placas más antiguas se van sacando para poner unas nuevas, pegadas en las paredes; al otro extremo hay una llena de papelitos y regalos como: relojes de oro, aros de matrimonio, rosarios, pulseras de plata, etc.

Actualmente la familia Colonia es la que cuida esta gruta, especialmente sus sobrinos. ¿Pero cuál fue el inicio de la devoción hacia Sarita? Su culto nace entre los sectores más populares y la devoción hacia ella se ha extendido transversalmente y hoy abarca todos los sectores de la sociedad. Esta devoción no surgió de inmediato, recién en las décadas de 1960 y 1970, el culto creció a la par que se incrementaba las migraciones hacia la capital. Fue a partir de los estibadores del Callao, que la veneración por la ´patrona de los pobres´ se fue extendiendo, el culto hacia el migrante caló de manera profunda entre las personas marginales, necesitadas y humildes, que se identificaban con esa jovencita de frágil aspecto.

Además a diferencia de los santos oficiales de la Iglesia, Sarita no exigía una conducta intachable, ella daba libertad, era más permisiva. Según testimonios de devotos, ella los comprende más, no es la figura perfecta de la santidad, ellos lo ven de manera horizontal, este sería uno de los pilares del fervor. La construcción de su mausoleo para alguien que no tuvo grandes recursos es impresionante porque ha sido hecho básicamente por gente provinciana, con el trabajo conjunto los devotos iban y aportaban con el trabajo o con ladrillos, uno daba lo que tenía, hasta un plato de comida para los que ayudaban.
Poco a poco, su devoción fue creando leyendas frente a su vida, a sus milagros, historias fantásticas que de alguna manera hacían de ella un personaje fascinante.
“Después de 40 años regreso, porque soy un ingrato y ahora me acordé de ella. Me concedió el milagro que quise y es por eso que estoy volviendo en forma de agradecimiento”, nos dijo Manuel Rosales, devoto de Sarita. Ella en vida era muy caritativa y bondadosa, bajo su pobreza ayudaba a las personas humildes y a raíz de su fallecimiento, la misma gente que ella apoyó en vida llegaba a pedirle o agradecerle milagros.

 Los restos de Sarita Colonia fueron depositados en una fosa común, al poco tiempo su padre, Amadeo, colocó una cruz, donde decía “Aquí descansan los restos de Sarita Colonia¨. Cada domingo los familiares y amigos de ella, convirtieron ese lugar en un sitio de peregrinación, muchas personas acudían ahí para rezarle a sus muertos, y también a ciertas almitas milagrosas como Fray Serferino (padre extranjero) y Sol María, una monja italiana. Uno de los aspectos más importantes es la propia imagen de Sarita, casi ícono nacional. Su figura está en todas partes, en tatuajes, tazas, camisetas, estampillas, tapadores de autos, parte trasera de los camiones, etc. Delia Rojas, una devota que va una vez al mes, nos cuenta que Sarita no premia al ocioso sino al pobre e informal que siempre está queriendo llevar dinero a su casa. Ahora que celebramos la beatificación de la Madre Teresa de Calcuta, no estaría de más que la Iglesia viera el caso de Sarita, que lleva años esperando, al menos, ser beata.

Curso: Periodismo de Investigación
Docente: Martín Carranza Gonzáles

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Lectura vs. Tecnología
La crónica como solución a la crisis de atención provocada

Por: Ximena López (VII ciclo)

Me gustaría empezar por recordarles la sensación que Mario Vargas Llosa desató en su famosa obra “Conversación en La Catedral”; donde el personaje principal, Zavalita, al entrar a un periódico y sentir comprometida su vocación de escritor principiante y ver la máquina de escribir como un pequeño ataúd en su escritorio, estremeció y conmovió a muchos, incluyéndome. Y es que, el prejuicio que veía al escritor como artista y al periodista como artesano, resulta obsoleto.
Según, Juan Villoro, reconocido escritor y periodista mexicano, quien en el 2006 publicó un artículo en el Suplemento Cultura de La Nación, dijo que una crónica lograda es literatura bajo presión.  No puedo estar más de acuerdo con el charrúa, quien calificó a la crónica como el ornitorrinco de la prosa, y conceptuó a este género periodístico de camaleónico y excéntrico, pero ante todo, sincero.
¿Pero acaso el nuevo público digitalizado, valora lo sincero? Julio Villanueva Chang, calificado como el “gurú-editor”, según el Suplemento Cultural Babelia del diario español El País, quien le realizó un amplio reportaje tras el boom de la crónica en América Latina, otorgó una entrevista al diario La República, en donde opinaba, como solo él sabe hacerlo, acerca del nuevo periodismo y las redes sociales.

Villanueva Chang, además de ser un destacado compatriota, es fundador de la revista Etiqueta Negra, la que hoy por hoy, alcanza un gran tiraje a nivel nacional como internacional, pionera en el periodismo narrativo lanzada desde el 2002. El editor habló sobre la tecnología y la incertidumbre sobre el sentido del periodismo, que gracias al internet, ha tomado rumbos de dudosa calidad.
Julio afirma que desde la popularización de internet, la relación entre los hombres y las máquinas, ha cambiado la percepción del mundo y ha vuelto al ser humano, una especie de zombie tecnológico.  El fundador de Etiqueta Negra, reniega y opina acerca de la crisis de atención que se vive actualmente, al ver a muchos sacar sus celulares cada 5 minutos para ver si recibieron algún mensaje de texto o si les llegó alguna notificación de alguna red social. Ante esto, surge la solución de Chang: la crónica. La crónica como solución ante una desatención colectiva, ya que este género exige al lector esa atención que está tambaleándose en el colectivo.
El escritor calificó, además, a la crónica como el acto de contar una buena historia, descubrir cosas y desengañar a través de ella. Convertir el dato en conocimiento, y un acontecimiento en una experiencia personal. Ya que, asegura que la gente no busca una crónica porque le guste leer, sino busca experiencias.
Sin embargo, el gurú- editor afirmó que la crónica, lamentablemente, seguirá siendo un asunto de minorías, a menos que los cronistas asuman el reto de convertirse en multimedia, cosa que hoy, ya muchos medios lo están tomando y haciendo realidad al comprar la prosa en línea de muchos talentos del periodismo.
¿Es posible entonces abarcar los dos lados de la moneda? ¿Se puede ser reportero y fabulador? ¿Se puede captar la atención de esos zombies tecnológicos con buen periodismo?

Yo me quedo con las palabras de Villoro quien recomienda a grandes personajes que eternizan el momento al cautivarnos con sus líneas. Tal vez, después de esto, puedas buscarlos y disfrutar del género periodístico que te lleva al vuelo poético y al disfrute cognitivo. Y, aunque ocasionalmente hayan practicado otros géneros, Egon Erwin Kisch, Bruce Chatwin, Alvaro Cunqueiro, Ryszard Kapuscinski, Josep Pla y Carlos Monsiváis son heraldos que, como los grandes del jazz, improvisan la eternidad.

2 comentarios:

  1. Aplaudo, la era digital, por la rápidez y el interés masivo. Pero, una lectura a mano, sentirlo entre pagina y páginas , es un gozo de tranquilidad y ternura.

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    1. Así es, agradezco tu comentario Carlita.
      Puedes leer algo más por aquí https://ximenalopezblog.wordpress.com/

      Buenas noches

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